“El control financiero es igual que contar ovejas”

Alguien me dijo una vez que “contar ovejas puede parecer sencillo pero cuando las ovejas se mueven es imposible contarlas bien y asegurarte de que las cuentas todas…” Esta frase tan acertada se puede aplicar perfectamente al control financiero de un negocio. Cada transacción económica de un negocio es como una oveja. Si las tienes libres y esparcidas por el campo, muchas se pueden escapar de tu vista y no las estarás controlando mientras que si las mantienes en un terreno acotado y cerrado te aseguras al menos de tenerlas todas a la vista y lo que ya sabrás seguro es que lo que ves es todo lo que hay.

No es, ni mucho menos, un avance menor para los no iniciados en las finanzas empresariales.

(Vaya por delante que soy un amante de los animales en libertad por lo que insto al lector a que se quede con el sentido meramente metafórico del ejemplo…).

Ahora, las personas que hayáis llegado hasta aquí podríais preguntarme “¿y cómo se delimita el “perímetro financiero” de mi negocio?” Bien, pues la respuesta es sencilla. Basta con preguntarse 3 cosas.

Las 3 preguntas clave:

¿Qué voy a vender? Respuesta fácil y sencilla : un PRODUCTO, un SERVICIO o ambos.

¿A quién se lo voy a vender? Respuesta fácil y sencilla: a mis CLIENTES.

¿Cómo lo voy a vender? Respuesta fácil y sencilla: Apoyándome en mis PROVEEDORES (incluyendo aquí también a los acreedores), EMPLEADOS y el ESTADO.

Pues ya tienes delimitado el perímetro financiero de tu negocio…. es decir, ya tienes los límites para el control financiero.

Lo sé. Notas como que me he quedado a medias con la explicación. Tranquilidad, ahora va el “toque sutil” financiero.

Sea cual sea la empresa, el tipo, tamaño, objeto social, etc, etc, se cumple la máxima de que todo lo que sucede en una empresa se traduce en una transacción económica y toda transacción económica desemboca forzosamente en un COBRO (entrada física de dinero o “cash”) o en un PAGO (salida física de dinero o “cash”).

Pues bien, vamos con la siguiente tanda de preguntas que van a demostrar al lector lo fácil que es delimitar el “perímetro financiero” de su negocio.

¿De quién COBRO?

Respuesta: de mis CLIENTES por las ventas y, a veces, de mis PROVEEDORES por una devolución o un descuento y del ESTADO por una devolución de impuestos o una subvención y ayudas similares. Por cierto, eliminemos de nuestra cabeza que solo se cobra de los clientes.

¿A quién PAGO? A mis PROVEEDORES por lo que adquiero, a mis EMPLEADOS por su trabajo, a mis CLIENTES por una devolución y, por supuesto, al ESTADO por los impuestos y cargas sociales que exige la ley. De nuevo, recalco que, simétricamente al punto anterior, no olvidemos nunca en nuestras previsiones de tesorería que, a veces, también hay salidas de “cash” por devoluciones a clientes.

Conclusión:

Si sé quiénes son mis CLIENTES, que lo sé, si sé quiénes son mis PROVEEDORES, que lo sé, si sé quiénes son mis EMPLEADOS, que lo sé y si sé quién es el ESTADO, que lo sé, acabo de delimitar el espacio donde se alojan todos los números de mi empresa.

Podrás saber más o menos de finanzas empresariales, tal vez nada, pero acabas de dar un paso de gigante para ser capaz, en poco tiempo, de aprender a controlar completamente las finanzas de tu negocio.

Tal vez no seamos pastores profesionales pero lo que es seguro es que sabremos vigilar y controlar mucho mejor un rebaño que tenemos completamente a la vista que un rebaño cuyas unidades están dispersas y nunca sabemos los límites de tal dispersión.

Así pues, “a contar ovejitas”.